Han sido prácticamente dos años de cortejo, 24 meses en los que se ha barajado la posibilidad de que Junts entrara en el gobierno minoritario presidido por Rubén Viñuales. Al final, ha habido ruptura, aunque todo parece indicar que no será traumática sino más bien estratégica, pensando ya de cara a las próximas elecciones municipales de dentro de dos años.
La posibilidad de que los tres concejales juntaires entraran en el equipo de gobierno no es nueva. Antes de la constitución del Ayuntamiento tras las elecciones de 2023, Jordi Sendra ya proponía un pacto de 18 concejales, en el que se incluía a ERC. Pero ni socialistas ni republicanos lo veían con buenos ojos. El PSC también flirteó con ECP para firmar un acuerdo en el que también hubiera estado Junts. Pero al final no hubo fumata blanca.
Sin embargo, en 2024 Viñuales no veía mal el pacto con Junts, aunque pedía un margen de tiempo, hasta después de las autonómicas. Ese año, los tres concejales juntaires votaban a favor de los presupuestos municipales, al igual que ECP. Y es que los socialistas estuvieron pactando con ambas formaciones políticas por separado, negociando incorporaciones a las cuentas para 2025.
Tras el «si» de Jordi Sendra a los presupuestos municipales para este año, los vientos soplaban favorables para que los tres concejales juntaires se incorporaran al equipo de gobierno y asumieran diversas carteras. La buena sintonía entre el portavoz y Viñuales se materializó también en abril de este año, cuando Sendra defendió que la futura estación intermodal ferroviaria se ubique en la zona de Horta Gran, como propone el edil socialista, en contra de la opinión del alcalde de Vila-seca, Pere Segura (Junts), que es partidario de que se levante en el término municipal de La Canonja, aunque cerca del de Vila-seca.
También hay entendimiento en el proyecto urbanístico de Mas d’en Sorder. Sendra defiende que la ciudad del futuro «tiene que crecer por Ponent, pero también por Llevant». En el polémico contrato de la basura, el concejal juntaire no ha hecho mucha sangre y no se ha mostrado muy crítico con las decisiones del ejecutivo de la Plaça de la Font.
¿Después de las municipales?
Y cuando todo estaba de cara –incluso se decía que tenía la bendición de Waterloo–, la relación se ha roto. Y no parece que, por ahora, se vaya a retomar, aunque en el mundo de la política todo es posible. Y las elecciones de 2027 abrirán paso a nuevos festejos. Y el tiempo dirá si estos acaban en una relación estable.
Mientras tanto, en otros municipios sí que existe un pacto de legislatura entre PSC y Junts. Ocurre, por ejemplo, en Prades, con reparto de la alcaldía por años. También en L’Ametlla de Mar y Riba-roja d’Ebre. Y fuera de la demarcación de Tarragona, el acuerdo bipartito se está dando en Sabadell, Cervera, Calella, Llançà, Roses, etc.