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La Justicia tarda 30 años en revocar una condena errónea de los juzgados de Tarragona

Dos magrebíes fueron detenidos en 1991 y condenados en 1995 por violar a tres chicas y agredir a cinco chicos en La Secuita y La Bisbal del Penedès. Después se comprobó que no habían sido ellos. Uno estuvo 15 años en prisión

07 mayo 2025 10:09 | Actualizado a 07 mayo 2025 14:00
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Han tenido que pasar 30 años para que el Tribunal Supremo haya corregido un grave error del sistema, un error que llevó a dos ciudadanos marroquíes a ser condenados a 168 años de prisión por haber agredido y violado a seis jóvenes en La Secuita y a una pareja en La Bisbal del Penedès.

Pero una de esas personas condenadas injustamente ya no podrá ver exonerado su nombre como agresor sexual, porque en su día murió en la cárcel. Ambos hombres también fueron condenados dos veces por la Audiencia Provincial de Barcelona por hechos similares –hasta 12 violaciones–.

Estas dos sentencias ya fueron enmendadas gracias a las pruebas de ADN de uno de los casos, pero cuyo resultado no llegó al tribunal. Y ahora solo faltaba que los acusados fueran absueltos por los delitos cometidos en la demarcación de Tarragona, como ha ocurrido ahora.

$!Antonio García Carbonell, el autor de los hechos. Foto: dt

La condena contra los dos acusados injustamente se había basado en la descripción facilitada por las víctimas y en que los autores iban en un Renault 5. Y uno de los detenidos tiene unos rasgos muy parecidos al realmente violador y agresor.

Comienzan los robos y violaciones

Entre finales de octubre y principios de 1991 comenzaron a producirse una serie de robos y violaciones –con violencia– en zonas despobladas de la demarcación de Barcelona, donde los dos autores iban a bordo de un Renault 5. Pero los dos delincuentes, el sábado 9 de noviembre, se desplazaron a Tarragona, concretamente a La Secuita.

En un antiguo campo de fútbol abandonado, a las afueras del núcleo urbano, se solían encontrar los jóvenes. Dos vecinos de 15 años se desplazaron a la zona junto con dos chicas de 15 y 14 –que veraneaban en el municipio–. Estaban sentados en la vieja portería, lejos de la entrada.

Una prueba de ADN excluyente nunca llegó a los tribunales mientras los estaban juzgando

Y llegó el Renault 5. De él se bajaron dos hombres que se hicieron pasar por policías. Eran las once de la noche. Llevaban un palo, un bate y un revólver. Tras agredir a los jóvenes, los ataron y a ellas les taparon también los ojos. A los cuatro los pusieron en los asientos traseros y se disponían a marchar del lugar.

$!Ahmed Tommouhi, el hombre que fue condenado injustamente. Foto: DT

Y llegaron otros dos jóvenes del pueblo en una moto. Pensaban que el coche era de un amigo y aparcaron al lado del turismo. Pero acabaron golpeados y con las manos atadas. Uno terminó en el maletero y el otro –como no cabía– a los pies del copiloto, con el arma apuntándole.

A bordo de un Renault 5

Después de un breve recorrido, el Renault 5 se paró en un campo de avellanos. Los asaltantes hicieron bajar a los seis jóvenes y quedaron tumbados en el suelo. Comenzaron a registrarlos en busca de joyas. Finalmente, violaron brutalmente a las dos jóvenes.

Pero a los asaltantes no les pareció suficiente lo que habían hecho aquella noche. De vuelta a Barcelona, a través de carreteras secundarias, en una camino de tierra en La Bisbal del Penedès, vieron al fondo un turismo Citroën, en cuyo interior se encontraba una pareja, de 21 y 23 años. Después a atar al chico, ambos delincuentes violaron a la joven.

Las víctimas describieron a los autores como de «raza marroquí o similares» y que uno hablaba «español con acento». El día 12 del mismo mes, se detuvo a los dos sospechosos en Barcelona y Terrassa: Abderrazak Mounib y Admed Tommouch. Cuatro de las ocho víctimas los señalaron en una rueda de reconocimiento.

El 7 de enero de 1995, la Audiencia Provincial de Tarragona condenó a los dos hombres a un total de 168 años de prisión. Ellos siempre mantuvieron su inocencia. Por su parte, la Audiencia de Barcelona también emitió dos condenas entre septiembre de 1992 y 1995 que sumaban 180 años de cárcel.

Un error tras otro

En 1992, la Policía Científica de la Policía Nacional tenía un informe pericial sobre el semen encontrado en una prenda íntima de la de las víctimas de Olesa de Montserrat. Y los marcadores no correspondían con ninguno de los dos marroquíes imputados sino a un tercero, un ciudadano español –Antonio García Carbonell– con un gran parecido con Admed Tommouch. Pero dichos informes nunca llegaron a conocimiento del tribunal, ni los peritos acudieron a declarar durante el juicio. Gran error.

Pero en 1997, el Tribunal Supremo revocó una de las dos sentencias condenatorias de la Audiencia Provincial de Barcelona. García Carbonell fue condenado en 1999 a 42 años de prisión por la violación de Olesa.

También fueron condenados por hechos similares cometidos en Barcelona

Tras conocerse estos datos tan relevantes, la Fiscalía pidió el indulto para los dos magrebíes. Pero ellos siempre se negaron, querían que se revisaran las dos condenas pendientes porque aseguraban ser inocentes, como finalmente se ha demostrado. Sin embargo, para uno de ellos ha llegado tarde ya que el 26 de abril del 2000 murió fue hallado muerto en su celda.

Se tuvo que esperar hasta 2023 para que el Tribunal Supremo anulara la segunda condena de la Audiencia de Barcelona. Y hasta hace pocos días para hacer lo mismo con la de la Audiencia de Tarragona. De esta manera, finalmente se hacía justicia para Admed Tommouch –quien estuvo 15 años entre rejas– y Abderrazak Mounib –este ya fallecido–.

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