En una de las escenas más míticas del cine argentino, y de cualquier cine, en la película El secreto de sus ojos, el personaje interpretado por Guillermo Francella explica al personaje interpretado por Ricardo Darín que «uno puede cambiar de todo: de cara, de casa, de novia, de religión, de todo. Pero uno no puede cambiar de pasión». Es decir, uno no puede cambiar de equipo de fútbol. Eso es cierto. Es una verdad científica e irrefutable.
Nadie cambia de equipo por mucho que pierda o por poco que gane. Lo vemos en multitud de campos. Viene a la cabeza lo que ocurre en el más mítico de todos los estadios: Anfield Road. Nadie sale indemne de un partido ante el Liverpool Football Club, en su estadio, ante su gente. En la entrada ya queda la cosa muy clara: This is Anfield. Y nadie quiere jugar ahí, porque el jugador número doce, la afición, es la mejor del mundo. Vivimos en una demarcación que necesita consolidar su proyecto deportivo.
Lo vimos con el Reus hace poco, tras su regreso desde los infiernos futbolísticos tras su trabajo constante. Lo vivimos con otros equipos en otras categorías deportivas, pero el fútbol es el fútbol: es el deporte rey. Y es en el fútbol donde podemos marcar la diferencia.Tarragona necesita un equipo en el que volcarse y ese equipo es el Nàstic. Ahora estamos ante los momentos cruciales de esta Liga. Las decisiones que ha tomado estas últimas horas la dirección del club les pertenecen. El tiempo dirá si han sido las correctas, pero vaya por delante que la peor decisión es siempre no tomar ninguna decisión.
El regreso de Luís César debería ser el acicate definitivo para volcarse con el equipo, pero no puede ser el único. Porque el auténtico corazón del Nàstic somos todos. Y somos muchos. Ahora debemos demostrarlo. Estamos en la fase crítica de esta Liga y cualquier apoyo es poco. Por esto el Diari se pinta de grana y lanza una campaña para llenar el campo el próximo día 24. Se gane o se pierda, el campo tiene que estar lleno hasta la bandera, porque es ese campo el que marcará la diferencia. Llenarermos el Nou Estadi de sueños, de esperanza, de tenacidad, de esfuerzo, de piernas, de goles, de cánticos, de banderas y de corazón. Porque el corazón del Nàstic somos todos.