La Audiencia de Tarragona ha comenzado a juzgar este lunes a un hombre acusado de matar a su pareja el 17 de septiembre de 2023 en su domicilio de Tarragona. La Fiscalía pide 23 años de prisión por un delito de asesinato con alevosía, ya que sostiene que el acusado asfixió a la mujer.
También solicita una responsabilidad civil de 200.000 euros para la familia de la víctima. Las acusaciones, tanto la particular –que representa a la familia– como la pública –Generalitat–, hacen las mismas peticiones que el ministerio público. Por el contrario, la defensa pide la absolución. El juicio, con jurado popular, ha comenzado con las declaraciones de testigos, quienes han afirmado que el procesado explicó que se había encontrado a la mujer muerta después de echarse la siesta.
El juicio ha arrancado con las declaraciones de la madre y la hermana de la mujer fallecida, quienes han explicado que ella nunca les había dado detalles sobre la relación que tenía con el acusado. Aun así, han señalado que el investigado no les gustaba. “Lo veíamos como una persona autoritaria y a ella muy dependiente de él”, ha afirmado la tía de la víctima. Al mismo tiempo, la testigo ha indicado que él tenía prohibido acudir a las reuniones familiares y que la relación se había roto en alguna ocasión durante los más de veinte años que duró. Los familiares también han recordado que él les dijo que se la había encontrado muerta tras echarse la siesta.
El primo del acusado, en calidad de testigo, ha declarado que el día de los hechos lo llamó tres veces y que quedaron en un bar. “Hacía tres años que no tenía relación con él; cuando le contesté las llamadas me dijo que ya no estaba con Laura y que estaba muerta”, ha dicho. Asimismo, ha explicado que le contó que querían ir a un acto de las fiestas de Santa Tecla y que cuando sonó la alarma para despertarse de la siesta ella ya no respiraba. “Siempre discutían, pero no había malos tratos. Ambos consumían cocaína, y él también alcohol; ella no consumía alcohol”, ha manifestado.
Igualmente, el testigo ha afirmado que su primo actuó como si no hubiera pasado nada el día del presunto crimen. “No es una persona que sienta o lo demuestre; ya hemos tenido otras muertes en la familia y siempre se ha comportado igual, no es alguien que exprese”, ha subrayado. También ha declarado que durante el tiempo que estuvieron en el establecimiento mostró una fotografía de la víctima a través del móvil.
Entre las personas que han declarado en la primera sesión del juicio hay dos amigos del procesado. Uno de ellos ha explicado que el acusado lo llamó para avisarlo de que se había encontrado a la víctima muerta. “Me dijo que estaba fría y yo le dije que llamara a la ambulancia y a los Mossos”, ha afirmado. El otro amigo ha señalado que la pareja tenía una relación normal: “había gritos y discusiones, pero nunca se levantaban la mano; se insultaban, pero no todos los días gritaban”, ha comentado. Paralelamente, ha reconocido que jugaban a las máquinas tragaperras, aunque ha dicho que no sabía si era una adicción.
“Relación deteriorada”
Según el escrito de acusación del ministerio público, la relación sentimental entre la víctima y el acusado se había “deteriorado, con discusiones continuas y reproches mutuos, derivados del consumo de drogas y alcohol”. En su escrito, el fiscal señala que entre las 6:30h y las 13:30h del 17 de septiembre de 2023, el investigado y la víctima se encontraban en su domicilio y que el acusado, “actuando con el propósito de causarle la muerte, le estranguló, provocándole la muerte por anoxia encefálica”.
El ministerio público también argumenta que el hombre aprovechó la intimidad del domicilio para cometer el asesinato, así como el hecho de que la mujer hubiera consumido cocaína y benzoilecgonina. Por lo tanto, sostiene, ella no pudo defenderse en “condiciones de igualdad”. La mujer tenía 41 años cuando murió. El procesado, de 44 años, se encuentra en prisión preventiva desde el 18 de septiembre de 2023.
Petición de 23 años de prisión
Fiscalía considera que el acusado es autor de un delito de asesinato con alevosía y con el agravante de parentesco. Por ello, solicita 23 años de prisión, 5 años de libertad vigilada y prohíbe aproximarse a una distancia inferior de 1.000 metros ni comunicarse con los familiares de la víctima durante un periodo de 30 años. En cuanto a la responsabilidad civil, reclama que indemnice un total de 200.000 euros a la madre y hermana, 100.000 euros para cada una, por el perjuicio moral causado, así como las costas procesales. La acusación particular y la pública hacen las mismas peticiones que el ministerio público.
En cambio, la defensa pide la absolución argumentando que no hay pruebas que acrediten que el investigado haya matado a la mujer. El abogado ha asegurado que hay un único informe de un médico que certifica que la muerte de la mujer se produjo de “forma homicida”. “Es la única prueba que podrán comprobar; es la credibilidad que le den a este señor, se colocarán en una posición muy delicada, tan delicada que deberán decidir sobre la vida de una persona en función de la opinión médica de un solo profesional”, ha sostenido. El juicio se alargará hasta este viernes, cuando está previsto que declare el procesado.