La funeraria pública supramunicipal de Reus, Salou, Vila-seca y Constantí –Funecamp–, que prestará servicio a alrededor de 170 personas, se pondrá en marcha el próximo 21 de junio. Así lo han anunciado los alcaldes y la alcaldesa de estos municipios este martes por la tarde desde la nueva sala de velatorios de Constantí. En un inicio, esta empresa pública, que quiere ser referente en la articulación de servicios metropolitanos mancomunados, empezará a funcionar incorporando las salas de velatorio de los municipios, además del tanatorio y crematorio de Reus. Comenzará con los trabajadores de los servicios funerarios de Reus y el Baix Camp y, poco a poco, se irán incorporando más operarios. Los cálculos de Funecamp estiman que el servicio básico costará alrededor de 1.800 euros, mientras que el servicio medio será de 2.000, un precio más económico que el que cobran las funerarias privadas. Los cuatro alcaldes han destacado que la prioridad sera de «servicio» y no «comercial».
«Estamos en la recta final de los trámites administrativos y burocráticos», ha dicho la alcaldesa de Reus, Sandra Guaita, para certificar que la nueva funeraria supramunicipal está a punto de hacerse realidad tras más de dos años de trabajo en el proyecto, que comenzará con 50 trabajadores y una quincena de salas de velatorio. La idea, impulsada desde Reus en el anterior mandato, cuenta con la complicidad de Salou, Vila-seca y Constantí, aunque las autoridades no descartan que se sumen otros municipios.
De hecho, Guaita ha calificado la iniciativa como «pionera en todo el Estado», con la voluntad de ofrecer un «servicio público de calidad» en un «momento doloroso». En los próximos días, se adscribirán los equipamientos municipales a Funecamp para que comience a funcionar. Por otro lado, la empresa pública funeraria de Reus y comarca ha quedado disuelta para integrarse en la supramunicipal. Tampoco se espera que prosperen los diversos recursos contencioso-administrativos que el sector privado ha presentado contra la creación de esta empresa.
El alcalde de Salou, Pere Granados, ha destacado que el proyecto puede ser un «embrión del área metropolitana» y ha subrayado que es «un ejemplo de cómo somos capaces de ponernos de acuerdo cuando hay un interés público». Por su parte, el alcalde de Vila-seca, Pere Segura, ha señalado que, a su entender, los ciudadanos sufrían ciertos abusos y no recibían un buen servicio por parte de las compañías privadas.