La mayoría de las tortugas marinas contienen plástico en su organismo
El 88% de las tortugas boba (Caretta caretta) atendidas por el CRAM contenían restos visibles de plástico en sus heces y contenido digestivo

Un estudio de la Fundación CRAM, en colaboración con Laboratoires SVR, ha confirmado que la contaminación por plásticos en el mar Mediterráneo sigue siendo alarmante. Durante 2024, el equipo de Clínica y Rescate atendió a 56 tortugas marinas de la especie Caretta caretta (tortuga boba), y en el análisis de 42 muestras de heces y contenido digestivo se encontraron restos visibles de plástico en el 88% de los casos.
Esta investigación forma parte de un programa de seguimiento de la contaminación marina que cumple su sexto año. El objetivo es evaluar el estado del mar Mediterráneo usando a las tortugas marinas como bioindicadores. Por su comportamiento y amplia distribución, estos animales son especialmente útiles para detectar el impacto de la basura marina en los ecosistemas.
Durante el año se analizaron 37 muestras de heces de tortugas en recuperación. En el 86% de ellas se hallaron plásticos, predominando el plástico tipo lámina (42,2%), seguido por fragmentos plásticos (11,1%) y filamentos (8,9%).
También se realizaron 6 necropsias a tortugas fallecidas, encontrando restos plásticos en 5 de ellas. Aunque no fueron la causa directa de la muerte, en varios casos el plástico causó enteritis severa, provocando dolor, anorexia y complicaciones inmunológicas. Una tortuga, identificada como paciente 55, retuvo grandes cantidades de plástico en el estómago durante más de tres meses sin poder expulsarlo, lo que pone en evidencia la dificultad que algunas especies tienen para eliminar plásticos del organismo.
Además, se atendieron 3 tortugas enredadas en residuos, requiriendo la amputación de aletas en 2 de los casos. También se trató a una tortuga con un anzuelo alojado internamente, que fue retirado con éxito mediante endoscopia.
El hallazgo de plásticos macroscópicos y microscópicos en estas especies tiene implicaciones graves: no solo actúan como contaminantes físicos, sino que pueden absorber y transportar sustancias tóxicas como el mercurio, afectando a la vida marina y, por extensión, a los seres humanos que consumen productos del mar.
Estos datos reflejan la gravedad de la presencia de residuos plásticos en los océanos, un problema que amenaza tanto a la biodiversidad marina como a la salud del planeta. Los océanos cubren más del 90% del espacio habitable de la Tierra, albergan unas 250.000 especies conocidas, producen la mitad del oxígeno que respiramos y absorben alrededor del 26% del CO₂ generado por la actividad humana cada año.