Una fiesta de sentimiento. Un Nou Estadi en la distancia. Un jugador más. Energía. Pasión. Orgullo. El Parc del Francolí se vistió de grana para, a 500 kilómetros de Murcia, animar y apoyar a su Nàstic. Un Parc del Francolí que presentaba muy buena imagen horas antes de que comenzara el duelo, y que llegó a su clímax con el gol de Pablo Fernández.
Un gol que fue gritado, celebrado y hasta llorado. Que hizo creer aún más a una afición que ya estaba más que animada y que volverá a llenar el Nou Estadi la próxima semana. Y que, por supuesto, volverá al Parc del Francolí para vivir la vuelta de la final del play-off de ascenso a Segunda División. Porque la marea grana no se cansa de creer.