Quevedo volvió a su isla para sellar un nuevo récord «jugando en casa», en un concierto sin precedentes para un artista local con cerca de 41.000 personas en el Estadio de Gran Canaria, que se rindieron en cuerpo, alma, con toda su energía y voz a su nuevo trabajo.
Esta no era una cita más en su gira Buenas noches, se trataba del «concierto más importante» de la vida de Quevedo, como él mismo confesó, porque era en casa. No solo eran unas 40.000 personas, también fueron 800 metros cuadrados de pantallas y un despliegue titánico en el estadio grancanario, en el que se fueron encadenando los éxitos de varios años de una carrera llena de canciones icónicas.
Prometió una experiencia inolvidable y no defraudó, con un desfile de estrellas que se sumaron a sus letras. Llegó como un huracán, con miles de gargantas entregadas a una intro de la mano de Kassandra, que daba el pistoletazo de salida a varias horas de éxitos. El remix de Duro, con Chapiadora dio pie a la cara más romántica del artista, que se dejó fundir con su público en un espectáculo con fuego y lleno de fuerza. Una de las sorpresas de la noche estaba por caer, y es que el listado de invitados comenzó con Maikel Delacalle como el primero en subirse al escenario haciendo enloquecer a la muchedumbre con Mi nena. No podía faltar uno de los amigos y colaboradores habituales del grancanario, La Pantera, que se sumó al escenario 360 en Por atrás, que se entremezcló con uno de sus últimos temas, Halo, para pisar el acelerador a un concierto con el que Quevedo quiso hacer historia. Con un derroche de su rap con estilo llegó Ahora y siempre, para escalar a Universitaria y un descanso acústico en Cuéntale, un respiro para la adrenalina que flotaba en el ambiente. Dame, Yankee y Me falta algo sirvieron de antesala a la promesa más viral, con el tiktoker Pablo Vera subiendo al escenario con Wanda, poniendo así el broche del reto con el que el creador de contenido llegó al millón de me gustas en apenas unas horas. Quevedo continuará su gira al otro lado del Atlántico.