El Nàstic va a por faena. No quiere no subir por culpa de motivos ajenos a lo que suceda deportivamente en el campo. Por ello, ha tomado la iniciativa y ha propuesto a todo el resto de equipos implicados en el play-off de ascenso que en las eliminatorias para subir de categoría haya VAR. O sea, que si el árbitro se equivoca, como viene sucediéndole al conjunto grana cuando se juega el cambio a Segunda División A, alguien pueda rectificarlo e impartir un poco de justicia.
El club tarraconense se puso en contacto a finales de esta semana con las otras entidades de Primera RFEF que tenían posibilidades de finalizar entre los cinco primeros y les hizo extensiva su preocupación por la falta de un elemento que, a juicio del Nàstic, es tan imprescindible como el VAR en partidos tan importantes. Y es que el videoarbitraje permite, en la mayoría de los casos, corregir situaciones en las que los árbitros de campo no han acertado o, incluso, avisarles de jugadas que pueden conllevar penaltis, goles, fueras de juego o tarjetas rojas que al colegiado y a sus asistentes se les puedan escapar.
Tras conseguir los apoyos de prácticamente todos los clubes implicados, el Nàstic trasladará a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) la propuesta. De hecho, no lo hará el club grana en solitario, sino que lo hará con el resto de equipos en un encuentro que tendrá lugar este domingo por la mañana, de forma telemática. Organismo y clubes expondrán todas sus preocupaciones y sus inquietudes respecto a la promoción de ascenso, incluido el mencionado del VAR.
Precedentes para olvidar
Si en algo se ha convertido en experto el Nàstic de Tarragona en los últimos play-off de ascenso a Segunda A es en encontrarse con arbitrajes adversos, decisiones flagrantes que han provocado que el club se haya instalado peligrosamente los últimos años en la deficitaria Primera RFEF.
El primero de los precedentes es el de Vigo. El partido contra el Villarreal B, jugado en Balaídos, fue un auténtico despropósito arbitralmente hablando. Germán Cid Camacho acumuló una serie de decisiones a favor del filial castellonense que impidieron que el Nàstic regresase a la profesionalidad. Días después, Josep Maria Andreu, entonces presidente del Nàstic, levantó la voz para pedir el VAR en una fase tan importante y trascendental como lo es un play-off. Poco que añadir con el lamentable arbitraje de Eder Mallo la pasada temporada, cuando un Nàstic-Málaga que tenía que ser una fiesta local se convirtió en un martirio, una pesadilla por culpa de un colegiado que ahora está en los tribunales. La tercera tiene que ser la vencida.