Óscar Sanz: «Esos dos años fuera me han hecho más fuerte»
El centrocampista grana es una pieza clave en los planes de Dani Vidal, tanto como central como mediocentro, tras brillar en sus cesiones al Ebro y Unionistas

Óscar Sanz tras el entrenamiento con el Nàstic del pasado miércoles.
Óscar Sanz es uno de los futbolistas más diferenciales del Nàstic de Tarragona. El canterano se ha hecho con un sitio en el once inicial desde la pasada campaña cuando Dani Vidal aterrizó en el banquillo y le dio galones, algo que ni Toni Seligrat, ni Raül Agné hicieron. Es por ello que tuvo que marcharse cedido al Ebro en Segunda RFEF y al Unionistas de Primera RFEF, aprovechando ambas cesiones y demostrando que sitio estaba en Tarragona. Ahora el centrocampista, que también está jugando de defensa, busca ese ascenso que se escapó el año paso de la yema de los dedos. En ello está y el play-off parece de nuevo el destino escogido.
¿Siguen tocados tras la derrota del otro día?
Ahora, al empezar otra vez la semana, vuelven los ánimos. Toca enfocarnos otra vez en el finde, pero al final no deja de ser un partido directo que te acercaba a estar arriba y te has dejado los tres puntos. A partir de ahí, borrón y cuenta nueva. Sabemos de la importancia de esta semana. Quedan tres jornadas, pero, como digo, hay que conseguir los tres puntos semana a semana, y ahora estamos enfocados en Lugo.
¿Comparte conmigo que es de las más duras del año?. No merecieron perder y los tuvieron contra las cuerdas, sobre todo en la segunda mitad.
Sí, como tú dices, yo creo que dimos un paso adelante, sobre todo fuera de casa, que nos estaba costando ser atrevidos. Aunque el plan de partido era el mismo, no nos encontrábamos del todo cómodos. En cambio, este fin de semana se vio un equipo junto, compacto, atrevido en las presiones, tuvimos ocasiones... No acabó de entrar. Este año, que parece que se nos caen los goles, pues ahora en este partido no hemos podido. Hay que seguir por este camino, lógicamente corregir los errores y centrarnos en casa, donde somos fuertes. Pero no nos podemos relajar, porque viene un Lugo fuerte, que ha cambiado de entrenador y seguro que viene aquí con ese puntito, ese plus, que da ese cambio.
¿Tiene respuesta a la falta de capacidad de ganar partidos fuera de casa del equipo? ¿Nota la diferencia a nivel personal?
No es una cuestión de concentración, porque al final el equipo sigue el mismo plan de partido y está concentrado. Pero, inevitablemente, estás con tu gente, estás con 8.000 o 10.000 personas en casa. Es un ambiente de fútbol que te da ese plus, ¿no? Aun así, ya te digo, el plan de partido es el mismo, pero lógicamente jugar en casa suma. Sería mentir decir que no.
Óscar jugó de central otra vez. ¿Le gusta o sinceramente lo hace por el bien del equipo?
Sí, yo disfruto tanto de medio como de central. En medio estoy más entretenido porque estás más cerca del juego, pero de pequeño estuve muchos años jugando atrás, de central, y también me gusta. Además, le encuentro ese plus de poder ser polivalente. Es verdad que igual necesitas estar un poco más concentrado que en medio, pero con la continuidad de los años eso se lleva. Me lo tomo como una oportunidad más. Dani sabe que donde me ponga intentaré dar el máximo.
Que juegue tanto y bien demuestra la confianza que tiene Dani Vidal en su persona.
Sí. A ver, es verdad que dicen que hay que ser fuerte de cabeza, que no necesitas la confianza, pero cuando un míster te la da y te da continuidad, todo es más fácil. Cuando conoces a la perfección al míster y él te conoce a ti, cuando uno se sale del camino, el otro ya lo conoce y lo vuelve a enderezar. Eso te da seguridad para rendir y dar un buen nivel.
No fue así anteriormente. No se acuerda todo el mundo, pero ni Agné ni Seligrat confiaron en su nivel.
Han sido los años en los que más he aprendido a nivel personal, porque es un palo duro, después de tantos años, tener que buscarte una salida a un Ebro que en aquel entonces estaba en Segunda RFEF y en descenso. Piensas que si ese año no sale bien, hay que replantearse cosas, porque te estás alejando del fútbol profesional. Fueron dos años de compromiso y de meter toda la leña al fuego para luego poder volver aquí. Me sirvieron para hacerme más fuerte mentalmente. Cuando vienes de entrenadores que no te han querido, todo lo ves con mejores ojos y lo afrontas con más fuerza. Podría decir que fueron dos años perdidos, pero creo que me hicieron jugador, me hicieron más fuerte y soy quien soy por eso.
Qué importante fue acertar en las dos cesiones.
Sí, totalmente. Creo que siempre hay que ir al sitio donde realmente te quieran y necesiten un perfil como el tuyo. A veces no es tan importante la categoría o la posición en la tabla, sino la confianza que te transmitan el entrenador o el director deportivo. Escogí muy bien, con la ayuda de mis agentes, mi familia y todos. Estoy muy contento de haber ido a esos sitios y de poder volver aquí con un Óscar más maduro y jugar con mi gente.
Óscar, me acuerdo de esta pretemporada. En uno de los primeros días reventó la course de Navette, mostrando un físico muy superior al resto ya en verano. Detecté hambre e ilusión.
Sí. La verdad es que lo atribuyo mucho a esa ilusión. El primer día fue duro, volver aquí después de dos semanas tras el chasco que nos llevamos. Pero ves los nuevos fichajes que venían con ilusión —Antoñín, Gorka, Víctor—, que también venían de un año difícil. Esa ilusión se contagia. Nos dieron a los que ya estábamos aquí ese plus de ilusión que nos faltaba en ese momento. Estamos muy agradecidos. Lo hemos comentado mucho en el vestuario, porque nos levantaron un poco de ese golpe duro. Ahora estamos arriba, pero muchas veces estos años siguientes son difíciles de remontar.

Óscar Sanz posa para el Diari en el Nou Estadi.
¿Y físicamente por qué está tan fuerte?
Es verdad que me gusta tirar, me gusta sufrir, y sí, tengo bastante resistencia.
Pero es que siempre ha destacado por su físico. Me acuerdo que cuando jugaba con la Pobla, siendo solo un juvenil, ya estaba muy por encima de sus compañeros.
Siempre me ha gustado cuidarme. Soy un poco friki de preguntar cosas a los preparadores. Estos dos últimos años, con Jordi (Abella), lo tengo mareado de tanto preguntarle. Lo mismo con el nutricionista. Me gusta probar cosas para poner todo lo que depende de mí encima de la mesa.
Usted ha crecido mucho más, aparte de lo físico, con la pelota. ¿Ahí influye la confianza o hay algo más?
Sí, creo que es uno de los puntos donde más margen de mejora tengo. He notado una mejora clara, también gracias a Dani y a Jaume, el analista, que me han insistido mucho en mirar más lejos, en girar la cabeza... Son cosas que, si no las trabajas en el día a día, no las aplicas en el partido. Ellos son muy insistentes en eso, y estoy muy agradecido, porque he notado esa mejora. Ahí tengo margen para seguir creciendo.
Pero con su nivel ya podría jugar en Segunda División, ¿no cree?
Yo me siento jugador de esta categoría, que es donde estoy ahora. Para estar en otra categoría, hay que demostrarlo. Primero hay que rendir aquí, y luego ya se verá. Todos queremos mirar hacia arriba. No jugaría al fútbol si no quisiera aspirar a más. Mi idea es clara: dar lo máximo aquí y luego dar ese pasito.
Óscar, volviendo al colectivo: toca Lugo y en casa. ¿Prohibido fallar?
Sí, sabemos de la vital importancia de este fin de semana. Quedan jornadas duras, pero hay que centrarse en este partido. Sé que aquí va a haber gente que no falla nunca. No hay que relajarse. Sabemos que en casa somos fuertes, pero el Lugo ha cambiado de entrenador y está apretando para salir de abajo. Hay que salir al 100 % para llevarnos el partido y encarar el último tramo.
El calendario da chance de hacer un pleno de victorias que les metería en el play-off y probablemente no como quintos. ¿Lo piensan así en el vestuario?
Sí, está claro que tenemos un buen calendario. Nuestro objetivo es sacar el nueve de nueve, pero todo pasa por el Lugo. Hay que marcarse objetivos pequeños para alcanzar el más grande, que sería ese 9 de 9. La semana pasada pensábamos en un cuatro de cuatro. Hay que ir con calma, viendo el día a día, pero con el objetivo claro: llegar al play-off y lo más arriba posible.
Le pongo una hipótesis: el Nàstic gana los cuatro partidos que quedan en casa si juega las semis y la final del play-off. ¿Ascienden?
Claro. Desde el primer día de pretemporada ha sido nuestro objetivo. Ha habido altos y bajos, hipótesis según la tabla... Pero está claro que en nuestra cabeza está el ascenso. Sabemos lo fuertes que somos en casa. Hay que corregir los errores que nos están costando fuera y confiamos mucho en nosotros. Teniendo estos partidos en casa y sacándolos con solvencia, como ahora, es una posibilidad muy grande. Es por lo que estamos luchando.