El inicio del pontificado de León XIV ha estado marcado por la polémica. En las últimas semanas, y especialmente en los días previos a su elección, Robert Prevost fue blanco de una campaña de desprestigio impulsada por sectores conservadores dentro de la Iglesia. El objetivo: impedir su acceso al papado.
Las acusaciones giraron en torno a un supuesto encubrimiento de abusos sexuales cometidos por dos sacerdotes en la diócesis peruana de Chiclayo, la cual Prevost dirigió hasta 2023, antes de su traslado a Roma. Sin embargo, tanto la diócesis como personas cercanas a las investigaciones desmintieron firmemente estas alegaciones.
Pedro Salinas, periodista peruano que investigó al desaparecido grupo religioso Sodalicio de Vida Cristiana, calificó las acusaciones contra Prevost de “absolutamente falsas”. De igual forma, Juan Antonio Álvarez-Pedrosa, exdirector del Instituto de Ciencias de las Religiones de la Universidad Complutense de Madrid, afirmó que “la verdad ha salido a la luz” y acusó a la rama más conservadora de la Iglesia de reactivar estos señalamientos, ya desestimados por la justicia e incluso por el papa Francisco.
El periodista Jesús Bastante también atribuyó estas acusaciones a un sector ultraconservador, asegurando que carecen de fundamento. Recordó que Prevost fue uno de los principales defensores de las víctimas de abusos en Perú.
En 2019, en una entrevista con el diario La República, Prevost animó a quienes hubieran sufrido abusos por parte de clérigos a denunciar públicamente. “Muchas veces se decía ‘cállate y no hables’. Eso ya no puede pedirse. Queremos que las víctimas denuncien, por el bien de la Iglesia, de la persona y de la comunidad”, expresó. Además, rechazó el encubrimiento y el secretismo, afirmando que “hacen mucho daño”.